–Fijate.
Maraveli apuntó con el mentón a la ventana enrejada del vestuario. No vi más que los alambres doblados por los pelotazos que, desviados, marraron en algún momento el arco de la cancha número 3.
–Ahí pasó– sentenció misterioso Maraveli. Yo no vi a nadie. Oliva, como de costumbre, se paseaba en pelotas por todo el vestuario, casi deseoso de ser observado. Pero Maraveli tenía la vista clavada en la puerta vaivén del vestuario, que algo desvencijada por el paso de los años aún protegía la intimidad de los pretendidos futbolistas. La hoja de la izquierda crujió ante el peso de una mano rechoncha que avanzaba.
–Cagamos– musitó Maraveli.
– ¿Qué hacen, putos?
El gordo Arsenio hacía su ingreso triunfal, un paquete de papas fritas en la mano que no empujó la puerta. Lejos de jugar al fútbol, el gordo insistía en venir a la canchita para, según su propio decir, “vernos las caras”. Pero Arsenio tenía otras intenciones. Lo conocíamos desde hacía muchos años, cuando compartíamos aula en el colegio Lisandro de
A lo largo de los años, quizás por acumular las cargadas ácidas del grupo, quizás por el simple hecho de ser un sorete, el gordo se había convertido en un especialista a la hora de destilar veneno, acaso su deporte predilecto. De ahí lo de “Arsénico”, apodo del que se ufanaba.
–¿Ya juegan? – El gordo hablaba sin parar de comer, como si el paquete no tuviera fondo.
– En cinco minutos– La cara de culo de Maraveli certificó lo mal que le caía el Gordo.
–Me llamó Garganta– cambió de tema Arsenio– Tengo una jugosa.
El vestuario pareció quedar en silencio. Hasta las duchas bajaron el volumen y la caída de agua ya no chocaba, estrepitosa, contra el piso color bordó.
– Y es posta, de verdad, ¿eh? – avivó el Gordo.
Garganta, si es que existía, era un concuñado de Arsenio que supo trabajar en AFA unos quince años atrás y que, como si fuera un oráculo, conocía los secretos más guardados y vergonzantes del mundillo del fútbol gracias a “contactos de adentro” que, presumía, había sabido mantener. Aunque no fueran reales, hay que reconocer que el Gordo sabía generar atención para soltar su maledicencia.
–¿Qué dijo?– pareció interesarse Oliva, que todavía estaba en bolas. El gordo manoteó otro puñado de papas fritas.
–Mirá que es picante, ¿eh? – estiró el suspenso.
–¡Dejá de hinchar, gordo chamuyero, lo único que hacés es ensuciar a la gente! – apuró Maraveli, ya casi fuera del vestuario.
– Parece que Luciana Salazar le echó flit a Lux después de una encamada por eyaculador precoz– lanzó sin anestesia.
Maraveli pateó la puerta y se fue, indignado. Oliva estallaba de risa y Cañones, el que cuidaba el vestuario y se parecía al tío de Isidoro, paraba la oreja para recontar el chisme más tarde.
–¿De dónde sacaste esa boludez? – inquirí.
– Me la tiró Garganta. Se la contó un chabón que era vocal en River, que tenía un primo que le alquilaba un depto a dos amigos. Uno de ellos fue el que puso el derpa para la noche con
–Pero parece que al arquero le apretaron el pomo antes de tiempo…– aportó Oliva en medio una carcajada.
–¡Hay que ser pelotudo!– remató el Gordo.
A los cinco minutos de partido ya íbamos
–Cuando terminen haceme acordar que te cuente otra– soltó al descuido– Es buenísima. Incluye a Greta Rodríguez, Faryd Mondragón y a un juez de línea que no me acuerdo el nombre. Haceme acordar, boludo.
Y siguió comiendo papas fritas.
15 comentarios:
uhhhhhhhh esto viene interesante, me muerdo los labios para no cagarte la de farid camilo (8). perdon.
El gordo me contó una de Macri y Aníbal Ferández ¡TRE-MEN-DA!
Esas anécdotas, la de Greta y la de Luciana me las contaron hace mucho. Es como que siempre hay cosas que sabemos por un amigo del tio de otro amigo...
Otra cosa: Fijate que las botas a Luciana le quedan grandes. Fijate, en el pie de atrás.
No me digan que no se dieron cuenta!
GAllo hay un mail, que tiene ese rumor y muchos mas.Esta bueno como lo contaste.
A los hinchas de river: se fijaron lo vetusto que está el monumental. Habría que cerrarlo 8 meses y cambiarlo todo. Hay que sacar todos esos alambrados y esas plateas del mundial 78. Pintarlo y no de blanco!! ES UN DESASTRE. Caimos muy bajo con esta gente...
Muy bueno el relato, Gallo. Escribís con una onda Fontanarrosa.
no te tenía en esta faceta de escritor de cuentos... muy bueno gallo.
gracias! Lo del mail lo conozco, de hecho de ahí saqué lo de Lux. Me pareció que estaba bueno usar esos rumores para inventarle algo alrededor. Algo de verdad hay en el relato. Tenía un amigo que era como el gordo Arsenio.
De esas hay mil,el otro dia me conto otro gordo que cuando le dio el infarto al presidente de boca estaba con una de estas "modelos",por eso el velatorio fue en la casa por la bronca de la esposa que si revivia lo mataba ella,yo soy de bernal,donde el vivia y aunque esto sea mentira aca esta historia te la dan por cierta.Como dije antes de esas hay mil aunque mas de un par sean ciertas.
Gallo
Por favor decime los nombres de los libros
Slds
Eduardo
Gallo , por un momento me llevaste a mi barra de amigos ,vestuarios , risas , personajes , fulbito , etc. El cuento destila barrio.
Un abrazo
Es una forma elegante de comentar chimentos
Muy buena la forma de llevar la historia
cheeeeeee y algo parecido pero con musicos???
¿Porqué será que los gordos del grupo de amigos son los chimenteros?
Eduardo:Los libros son (me permito la respuesta): "Panza y las nuevas criaturas de Cuál es?" y "Las Moguiaventuras y otras delicias de Cuál es?".
Pau
Muchas gracias x la info.
Ya hice el pedido en Distal
Gracias
Para Marto, nunca escuchaste cuál es?, digo, por la frase "no te tenía en esta faceta de escritor de cuentos".
Permiso Gallo, voy a pasar la dire de mi blog experimental: http://drmenenda.blogspot.com
Subí un par de audios, prueben a ver si les funciona. gracias
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