martes, 7 de abril de 2009

En bolas y a los gritos

Publicado en el blog de R&P.


Pocas veces el mensaje estuvo tan claro. Desde la tapa misma, Chris Cornell advierte que esa guitarra Gibson roja que él mismo está tomando por el mango con firme intención de romper, no será la protagonista de su nuevo CD, Scream. Ni una participación secundaria digna de destacar, siquiera.

Es que el ex Soundgarden ha decidido dar un paso más en su camaleónica carrera. Se asoció con el multipremiado y talentoso productor Timbaland (creador de hits para Justin Timberlake, Missy Elliot, Snoop Dogg, Jay-Z, entre muchos otros) y parió un disco que sorprende, sí, pero que no mueve la aguja del amperímetro ni por un instante. Si en su álbum anterior, Carry On, Cornell apostaba por la introspección y la calma con resultado dispar (apenas un par de canciones y la versión de Billie Jean, el clásico de Michael Jackson, salvaban la ropa), en este Scream directamente desbarranca sin más remedio.

Su estirpe rockera, ganada en los 90 como una de las voces más personales de su generación, desfallece escondida entre programaciones letárgicas, ritmos maquinosos y creaciones digitales que en un disco de Gorillaz o cualquier nueva revelación del hip hop sonarían amenas, pero que aquí cuecen un caldo soso. La pregunta de para qué aparece varias veces mientras se escucha el disco. Sólo dos canciones despiertan cierto interés: Long Gone, que pese a su comienzo algo monótono logra entusiasmar llegado el estribillo, pegadizo y con -¡oh, sorpresa!- un punteo que suena allá a lo lejos. El otro, Climbing Up The Walls, se acerca tímido a un sonido rock, lavadito, sí, y se aleja por un breve instante de las malas influencias. Aún así, son dos gotas de agua en un océano de 13 canciones.

Desde su salida de Audioslave, en rigor de la verdad un combo que entusiasmó desde los discos pero que lejos estuvo de ser realmente exitoso, la carrera de Chris Cornell ha transitado en un zigzag peligroso. Quizás, rearmar esa guitarra que yace destrozada en la contratapa del disco, sea la mejor manera de volver a la buena senda que supo transitar.

7 comentarios:

Ale S. dijo...

No soy un fan acerrimo de Cornell pero me gustaba mucho lo que hacia.
El otro dia en la net de Rosario pasaron unos temas de lo nuevo de Cornell y la verdad que me gusto mucho.
Es completamente diferente a lo que hizo siempre pero eso no significa que sea malo.
Los Foo Fighters de ahora no me gustan para nada y son muy distintos a quienes fueron en sus comienzos, pero no por eso son una mierda.
Abrazo.

Anónimo dijo...

La instrospección debería ser ajena a algunos musicos. Lo de romper la guitarra sugiere intensidad, no suavidad.
Bueno, un disco para no escuchar.
Viva No lo soporto. ¿para cuando en el Norberto Nappolitano?

Anónimo dijo...

Gallo

Hace una semana que no posteas nada, uno entra ilusionado todos los dias y no pasa nada...
Esto no puede seguir asi
Abrazo

Eduardo

daniel dijo...

No fue un post con mucho exito no?

Ale S. dijo...

Parece que hay paja para actualizar...

Anónimo dijo...

contate algo gallo... vas bien de cuerpo?, alguna ampolla? algo...

Leandro dijo...

No escuché el disco, pero me intriga que tanta gente diga que es malo. ¿Es que Cornell y Timbaland no saben hacer discos a esta altura o es que la gente y los críticos no aceptan que un músico pegue el zarpazo? Escucharé el disco y veré qué onda.